Si te estás preguntado cómo es el dolor de una hernia discal, quizás sea porque sospechas que puedes estar padeciendo esta patología. O porque dudas si se trata de una simple contractura o una sobrecarga muscular.
Lo cierto es que el síntoma más común de una hernia discal es precisamente el dolor en el área afectada. Pero no es el único. El dolor de una hernia discal también puede irradiarse hacia las extremidades inferiores o superiores, dependiendo del trayecto que tengan los nervios comprimidos por la hernia.
Por tanto, el dolor puede manifestarse de diferentes maneras según la ubicación de la hernia en la columna vertebral. Y, además, cada persona puede sentirlo de forma diferente, desde una simple molestia hasta un dolor incapacitante.
En este artículo voy a tratar de explicar cómo es el dolor de una hernia discal y por qué puede variar según su ubicación. Ambas cuestiones son aspectos esenciales para el diagnóstico y tratamiento adecuado de esta condición.
Por qué duelen las hernias discales
Para entender cómo es el dolor de una hernia discal hay que saber que esta patología se produce por la rotura del disco intervertebral. Este disco es como una almohadilla que separa una vértebra de otra y ayuda a amortiguar el movimiento de las vértebras. Además, permite distribuir la presión que soporta la columna vertebral.
Cuando, por diversas razones, el disco se rompe, el material interior, que es el núcleo pulposo, sale y se desplaza ejerciendo una presión directa sobre la médula espinal y las raíces nerviosas que nacen de la médula.
Básicamente, el dolor de una hernia de disco se debe a:
Compresión de los nervios
Inflamación
Cambios biomecánicos
Cómo es el dolor de una hernia discal, según la zona afectada
Zona lumbar
La zona lumbar es la más expuesta al movimiento y la que tiende a sufrir más hernias discales. Concretamente las vértebras lumbares L4 y L5, así como a la vértebra sacra S1 son las ubicaciones más habituales de las hernias de disco.
Cuando la hernia se produce en los niveles L4 L5 y L5 S1 da lugar a un cuadro de síntomas conocidos como lumbociática.
Si la hernia es en el nivel L4 L5, por lo general, la raíz afectada es L4 y el síntoma principal de la de este tipo de hernia es la ciática, es decir, un dolor punzante que se inicia en la parte posterior de la espalda y, hacia la mitad del muslo, baja por la cara interna de la pierna.
¿Cómo es el dolor de una hernia discal L5 S1? Si la raíz afectada es la L5, también hablamos de dolor ciático, pero en este caso el dolor lumbar se extiende por la parte posterior de la nalga y el muslo y, a la altura de la rodilla, el dolor baja por la cara anterior de la pierna hasta llegar al dedo gordo del pie.
En el caso de que la hernia comprima la raíz nerviosa S1 es posible sentir que el dolor irradia por la cara posterior del muslo y lateral de la pierna y también cuesta doblar los dedos de los pies o ponerse de puntillas
En casos raros, una hernia discal lumbar grande puede comprimir la cauda equina, un grupo de nervios en la parte inferior de la columna vertebral. En este caso, además del dolor intenso en la espalda baja, también aparecen otros síntomas como debilidad en las piernas, pérdida de control de la vejiga o los intestinos, y disminución de la sensibilidad en la cara interna de los muslos (zona de la silla de montar). Este síndrome de cola de caballo requiere atención médica y cirugía con urgencia.
Zona cervical
Zona torácica
Tratamientos para la hernia de disco
Afortunadamente, el 90% de las hernias discales mejoran por sí solas en 8-12 semanas. Durante ese tiempo podemos recurrir a la toma de antiinflamatorios y analgésicos e incluso relajantes musculares con el fin de reducir las molestias.
También la fisioterapia, los ejercicios y los masajes pueden mejorar los síntomas de la hernia discal.
En el caso de no notar alivio con los tratamientos conservadores, podemos recurrir a otros tratamientos poco invasivos, como las infiltraciones de corticoides que permiten reducir la inflación y con ello aliviar el dolor.
También las técnicas percutáneas, como la discólisis, permite que se reduzca el volumen del disco intervertebral, evitando así que siga comprimiendo la raíz nerviosa.
Solo en los casos en los que no logramos reducir el dolor y el resto de los síntomas de la hernia discal, podemos recurrir a la cirugía. Actualmente, la técnica que sigue siendo más habitual es la microdiscectomía. Se trata de una cirugía cuya técnica requiere cortar músculo y retirar hueso hasta poder acceder al disco herniado.
La importancia de identificar los síntomas de la hernia discal
Como acabamos de explicar, a la hora de identificar cómo es el dolor de una hernia discal, esto va a depender de la zona en la que se dé. Existen diferentes síntomas de la hernia discal muy concretos y característicos que hay que conocer y saber interpretar para llegar al diagnóstico correcto.
Sin un diagnóstico adecuado, no vamos a conseguir mejorar la situación y síntomas de la hernia discal. Para ello, no solo es necesario realizar pruebas diagnósticas, como la resonancia magnética, sino también contar con la experiencia y pericia profesional necesarias para poder interpretar adecuadamente los resultados y determinar cuál es el tratamiento más adecuado.
Y si te has quedado con alguna duda sobre cómo es el dolor de una hernia discal, puedes contactar conmigo ya mismo.