Si tienes una lesión de espalda y te han hecho una prueba de imagen, como una resonancia magnética, es posible que en el informe se haga referencia a una hernia de Schmorl.
Posiblemente sea un término que no conozcas e incluso te llegue a asustar, por eso en este post quiero explicarte qué es la hernia de Schmorl, qué importancia tiene para tu salud y cómo se puede tratar.
¿Qué son los nódulos de Schmorl?
Los nódulos de Schmorl son pequeñas hernias de disco que se meten dentro del cuerpo de la vértebra. A diferencia de las hernias discales habituales en las que se rompe el anillo fibroso del disco y el material del núcleo pulposo se introducen en el canal espinal, en el caso de la hernia de Schmorl, el disco intervertebral se introduce en el interior de la vértebra.
Su curioso nombre proviene del patólogo alemán Jorge Cristiano Schmorl que fue quien describió esta patología por primera vez en 1927. A pesar del paso de los años, a día de hoy aún no está claro el mecanismo que produce la hernia de Schmorl
¿Por qué se produce la hernia de Schmorl?
Son varias las teorías que tratan de explicar las causas de los nódulos de Schmorl. Todas ellas tienen en común que, de una u otra manera, se ve alterado el platillo vertebral del disco, es decir, las zonas de unión con la vértebra superior e inferior:
Cambios degenerativos en la columna vertebral.
Con el paso de los años, el platillo tibial se degenera y pierde su capacidad para contener el material discal que sale y se produce un nódulo de Schmorl.
Microtraumatismos
Otra de las teorías que tratan de explicar la aparición de los nódulos de Schmorl son los microtraumatismos que sufren las vértebras por soportar cargas y pequeños traumatismos que se producen en el día a día. Estos microtraumatismos en el cuerpo vertebral provocan que se agriete el platillo tibial y que salga el material discal.
Cambios en el desarrollo embrionario
Otra posible explicación de la aparición de la hernia de Schmorl se debe a la etapa del desarrollo embrionario en el que las células precursoras del disco intervertebral se podrían quedar atrapadas entre las células precursoras de las vértebras. Según esta teoría, estas células precursoras del disco que crecen y se desarrollan por error en la vértebra dan lugar a los nódulos de Schmorl.
¿Cuáles son los síntomas de la hernia de Schmorl?
Si en una resonancia magnética te han hallado nódulos de Schmorl, no tienes por qué preocuparte. Lo cierto es que la mayoría de las personas que tienen nódulos de Schmorl no tienen dolor de espalda. Solo en un pequeño porcentaje de pacientes, estos nódulos tienen relevancia, ya que van acompañados de otros problemas de espalda importantes.
En el caso de que produzcan dolor, este se cree que es un dolor lumbar asociado a una alteración del sistema inmunológico que, por error, reconocería el material discal como extraño y trataría de atacarlo, poniendo en marcha los mecanismos inflamatorios que serían los responsables de que apareciera el dolor lumbar.
Cómo tratar la hernia de Schmorl
Puesto que en la gran mayoría de los casos esta hernia es totalmente asintomática, ante un hallazgo fortuito no procedemos al tratamiento.
No obstante, lo primero que debemos hacer es identificar si el dolor lumbar es realmente debido a un nódulo de Schmorl o, por el contrario, las molestias son causadas por otra patología.
En el caso de que identifiquemos que la hernia de Schmorl está provocando dolor, podremos desarrollar tratamientos conservadores que ayuden a que se desinflame la zona. Para ello, puede ser necesario el reposo relativo, la toma de determinados analgésico, la fisioterapia o simplemente dejar pasar el tiempo para ver si la inflamación se va reduciendo.
Rizólisis
Otro tratamiento posible de la hernia de Schmorl consiste en bloquear los nervios para evitar transmisión del dolor. La rizólisis o rizotomía es una técnica mínimamente invasiva que se realiza de forma ambulatoria y se basa en radiofrecuencia. La técnica consiste en utilizar una aguja que en su extremo tiene un electrodo que emite radiofrecuencia. Al colocar esta aguja en los nervios, alteramos su funcionamiento para que la sensación de dolor desaparezca entre 6 y 12 meses. En caso de ser efectiva esta técnica podemos repetirla después de ese tiempo y, mientras dura su efecto, podemos aprovechar la ausencia de dolor para realizar un programa de ejercicios o fisioterapia con el fin de reducir las posibilidades de recurrir a la cirugía.
Cirugía mínimamente invasiva
Si con los tratamientos conservadores no ha sido suficiente para acabar con las molestias, podemos recurrir a la cirugía, siendo la vertebroplastia la técnica más utilizada para resolver un nódulo de Schmorl.
Esta cirugía se realiza con técnicas mínimamente invasivas y consiste en inyectar cemento óseo en la vértebra que tienen la hernia intraesponjosa para evitar el dolor y estabilizar la columna. El cemento se introduce en un estado viscoso y en el interior de la vértebra se calienta y endurece. El calor que se produce inactivaría las terminaciones nerviosas y, de este modo, se reduce el dolor.
La importancia del diagnóstico
Las hernias de Schmorl son hallazgos frecuentes en las resonancias magnéticas de la columna. No obstante, la mayoría de los nódulos de Schmorl no son dolorosos, aunque hay ocasiones en las que sí producen dolor lumbar. Aquí hemos explicado los tratamientos que existen y que mejoran los síntomas, pero la mayor dificultad radica en distinguir qué nódulo de Schmorl es doloroso y cuál no lo es, ya que puede haber otros problemas de columna causantes de las molestias.
El diagnóstico es, por tanto, esencial para conocer el origen del problema y saber determinar qué tratamiento es el más adecuado para cada problema de la columna. Para ello, no solo es necesario realizar pruebas diagnósticas, sino contar con un traumatólogo especialista de columna con experiencia suficiente para saber relacionar la sintomatología clínica del paciente con las imágenes diagnósticas.
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Me ha gustado mucho la sencillez con la que esta explicado, felicidades 🙂
Un saludo
Gracias.
A veces nos liamos con conceptos técnicos y los pacientes piensan que hablamos en chino.
Saludos.
Totalmente de acuerdo, cómo dice Blaise Pascal, «Si tuviera más tiempo, hubiera escrito una carta más corta», muchas veces es complejo explicar tecnicismos con pocas palabras.
Gracias a ti, un saludo
Gracias por enseñarme algo nuevo . Tengo el informe de la resonancia lumbosacra.