La hernia discal es una afección que suscita muchas preguntas y preocupaciones. Si has sido diagnosticado recientemente de esta condición, es normal tener inquietudes y preguntarse por qué se producen las hernias discales.
En este artículo, desvelaremos estas incógnitas y proporcionaremos información clave para ayudarte a comprender mejor la hernia discal y sus causas.
¿Qué es una hernia discal?
En primer lugar, es fundamental comprender qué es exactamente una hernia discal, también conocida como hernia de disco o hernia de núcleo pulposo.
Los discos intervertebrales son estructuras en la columna vertebral que actúan como amortiguadores entre las vértebras. Contienen un núcleo gelatinoso en su interior. Una hernia discal ocurre cuando este núcleo se desplaza o se rompe a través de la capa externa del disco.
Esto puede ejercer presión sobre los nervios de la médula espinal y provocar síntomas de la hernia característicos, entre los que se incluyen dolor en la zona lumbar, entumecimiento y debilidad en las extremidades.
Factores de riesgo de la hernia discal
Edad
Con el paso de los años también envejecen los discos, lo cual es un factor de riesgo muy común de las hernias de disco. Las personas de entre 35 y 50 años son más propensas a desarrollar hernias discales lumbares, aunque, curiosamente, esta afección raramente causa síntomas después de los 80 años.
Género
Los hombres tienen el doble de probabilidades de desarrollar hernias lumbares en comparación con las mujeres.
Trabajo o actividades físicamente exigentes
Si tu ocupación implica levantar objetos pesados de forma regular o realizar movimientos que involucran tirar, empujar y retorcer, tienes un mayor riesgo de sufrir una hernia discal. Evitar este tipo de esfuerzo sin duda puede ayudar a prevenir una hernia discal.
Obesidad
El exceso de peso aumenta las posibilidades de desarrollar una hernia discal lumbar. Además, las personas obesas tienen hasta 12 veces más probabilidades de experimentar una hernia discal recurrente después de una cirugía.
Tabaquismo
Fumar puede afectar negativamente la salud de tus discos intervertebrales al limitar el flujo sanguíneo, acelerar la degeneración del disco y dificultar la cicatrización. Los fumadores también tienen un mayor riesgo de sufrir una hernia discal recurrente después de la cirugía.
Historia familiar
La genética desempeña un papel importante. Los estudios científicos han demostrado que existe una tendencia hereditaria a la degeneración del disco intervertebral, que a su vez se asocia con un mayor riesgo de hernia discal.
Por qué se producen las hernias discales
Ahora sí, vamos a explicarte por qué se producen hernias discales. Esta patología puede ser el resultado de varias causas:
-Degeneración: El envejecimiento es un factor natural que puede contribuir a la degeneración de los discos, aumentando la probabilidad de una hernia discal con el tiempo. Esta condición, como es obvio, no es algo que puedas evitar por completo.
-Trauma: El hecho de sufrir lesiones repentinas o accidentes pueden desencadenar hernias discales.
-Movimientos repetitivos: Si tu trabajo o actividad diaria involucra movimientos repetitivos o si levantas objetos pesados, es importante tomar precauciones y tener una buena ergonomía. Si pensamos en la cantidad de veces que sobrecargamos nuestra espalda, entenderemos por qué se producen las hernias discales con tanta frecuencia.
-Causas desconocidas. También cabe la posibilidad de desarrollar una hernia discal sin una causa aparente conocida.
¿Qué hacer si la hernia continúa?
Ahora que comprendes mejor por qué se producen las hernias discales y cuáles son los factores de riesgo, es importante saber cómo se diagnostican y se tratan.
Aproximadamente el 90% de las hernias discales tienden a mejorar por sí solas en un período de 8 a 12 semanas. Durante este tiempo, existen varias opciones de tratamiento que pueden aliviar las molestias y ayudarte en tu proceso de recuperación:
Medicamentos
Los antiinflamatorios, analgésicos y, en algunos casos, relajantes musculares pueden ser útiles para reducir el dolor y la inflamación asociados con la hernia de disco.
Fisioterapia y ejercicios
La fisioterapia desempeña un papel crucial en el manejo de las hernias discales. Los ejercicios específicos y los masajes pueden ayudar a mejorar los síntomas y fortalecer los músculos que rodean la zona afectada.
Infiltraciones de corticoides
En casos en los que los tratamientos conservadores no brindan alivio suficiente, las infiltraciones de corticoides pueden ser una opción. Estas inyecciones ayudan a reducir la inflamación y, en consecuencia, el dolor.
Cirugía de hernia discal, ¿cuándo es necesaria?
La cirugía es considerada una opción adecuada en aquellos casos en los que no se logra alivio con el resto de tratamientos conservadores.
La microdiscectomía es la técnica quirúrgica común que implica la eliminación del disco herniado después de cortar músculo y retirar hueso para acceder a la zona afectada. Sin embargo, en la actualidad, existen opciones quirúrgicas más avanzadas y menos invasivas para abordar la hernia de disco.
La endoscopia de columna lumbar es un ejemplo de ello. Esta técnica permite acceder al disco dañado a través de una incisión mínima de menos de 1 cm. Gracias a la visualización endoscópica, los cirujanos podemos retirar la hernia sin causar daño significativo en huesos y ligamentos. Este enfoque menos invasivo se traduce en una recuperación más rápida y en la posibilidad de ser dado de alta del hospital en tan solo unas horas después de la cirugía.
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